Mbote bandeko!
La semana pasada abrimos un nuevo espacio para la pastoral del Teológico. Hasta ahora todos los que estaban en la Casa de Formación iban a las parroquias para la pastoral. Pero nosotros queríamos estar presentes en alguna "obra de consolación" (la llamamos). Así que junto con Sympho (el otro misionero cura que está conmigo) nos pegamos todo el año pasado yendo de un sitio para otro buscando un lugar en el que nos aceptasen. Cuando las condiciones eran idóneas, surgía el problema de la distancia, ya que os recuerdo que Kin tiene 9 millones de habitantes y no es que haya muchos rascacielos, así que es una ciudad muy extensa.
Cuando ya casi estábamos resignados a comenzar un nuevo curso con la pastoral tradicional, Hélène nos dijo que ella conocía un sitio donde llevaba a su hija para que recupere plenamente la pierna, ya que cojea. El jueves pasado fue el día escogido, así que ella nos llevó a un sitio "maravilloso" que se llama "Fundación Viviane". (Algún día os contaré la historia de esta mujer). El caso es que nos recibieron con los brazos abiertos. Hay 16 niñ@s y 4 bebés que están huérfanos o que sus padres les han dejado en custodia. Y durante la semana vienen unos 80 (creo que dijo) para hacer rehabilitación. Viviane nos acogió con los brazos abiertos y encantada por nuestra proposición. Así que el sábado, dos de los muchachos empezaron a ir allí. Volvieron también encantados, así que creo que podremos ser una presencia de consolación para todos esos niñ@s y ellos nos ayudarán a crecer en compasión y ternura, lo cual creo que fue uno de los rasgos más característicos del Nazareno y, ¿por qué no decirlo? también de nuestro fundador, Allamano (bueno, a él le pegan más las palabras pasión por la misión y paternidad para con tod@s).
Os envío tres fotos de la "Ciudad de la Esperanza". Está en el extremo opuesto de nuestra casa, a unos 25 km de donde vivimos. Es un lugar que pertenece geográficamente a una de nuestras parroquias que están yendo al aeropuerto de Kin, en el este de la ciudad. Es un lugar "desolador". Las casas están fabricadas con plásticos, el calor es insoportable y no hay ni agua ni luz ni escuela. Todo está por hacer. Es todo un reto para nuestra presencia en Kin. Estas familias (serán unas 100, creo) tienen muy pocos recursos económicos y el Estado les ha dejado instalarse allí con la promesa de que poco a poco irán acondicionando el lugar y haciéndolo habitable. No sé, no creo que esto se haga realidad muy pronto. Ya veremos.
Por lo demás, siguen los trabajos en Kin. Parece que están decididos a celebrar unos 50 años de independencia decentes, el 30 de junio del año que viene. Además, habrá elecciones en 2011 y todo esto son votos para el actual presidente.
Ayer estuve en la recepción que dio nuestra embajada con motivo del 12 de octubre. Yo a punto estuve de ir con el cachirulo pero al final me rajé por lo de las "formas". Allí estuve charlando con uno de los dos soldados españoles de la MONUC. Están en el extremos nordeste del país, en Dungu. Estuve comentándole lo poco que se habla de la situación del Congo en los medios de comunicación y se me ocurrió preguntarle cuántos soldados estaounidenses de la MONUC están presentes en el Congo. La respuesta fue clara: ninguno. No sé si será válido el razonamiento, pero, claro, si no hay estadounidenses, hay dos españoles y la mayoría de soldados de la mONUC presentes pertenecen a países del llamado Sur... ¿a quién le importa que hayan violado a más 7.000 mujeres en lo que llevamos de año en esa zona? Sí, 7.000 y, claro, todo eso no son más que estimaciones. La realidad es brutal. Pero, silencio se impone. No hay muertos del Norte, así que, no vale la pena hablar, así todo el mundo sigue mangoneando el diamante, el oro, el coltán, (ahora también) el níquel y los ya viejos conocidos petróleo, madera y agua. Lo dicho un "escándalo geológico" que empobrece a sus dueños y enriquece a milicias, jefes militares y multinacionales de capital extranjero.
Un abrazo y, si es posible, hablad de lo que nadie habla para ensanchar el corazón y que sea sensible al sufrimiento inocente.
Ramón
La semana pasada abrimos un nuevo espacio para la pastoral del Teológico. Hasta ahora todos los que estaban en la Casa de Formación iban a las parroquias para la pastoral. Pero nosotros queríamos estar presentes en alguna "obra de consolación" (la llamamos). Así que junto con Sympho (el otro misionero cura que está conmigo) nos pegamos todo el año pasado yendo de un sitio para otro buscando un lugar en el que nos aceptasen. Cuando las condiciones eran idóneas, surgía el problema de la distancia, ya que os recuerdo que Kin tiene 9 millones de habitantes y no es que haya muchos rascacielos, así que es una ciudad muy extensa.
Cuando ya casi estábamos resignados a comenzar un nuevo curso con la pastoral tradicional, Hélène nos dijo que ella conocía un sitio donde llevaba a su hija para que recupere plenamente la pierna, ya que cojea. El jueves pasado fue el día escogido, así que ella nos llevó a un sitio "maravilloso" que se llama "Fundación Viviane". (Algún día os contaré la historia de esta mujer). El caso es que nos recibieron con los brazos abiertos. Hay 16 niñ@s y 4 bebés que están huérfanos o que sus padres les han dejado en custodia. Y durante la semana vienen unos 80 (creo que dijo) para hacer rehabilitación. Viviane nos acogió con los brazos abiertos y encantada por nuestra proposición. Así que el sábado, dos de los muchachos empezaron a ir allí. Volvieron también encantados, así que creo que podremos ser una presencia de consolación para todos esos niñ@s y ellos nos ayudarán a crecer en compasión y ternura, lo cual creo que fue uno de los rasgos más característicos del Nazareno y, ¿por qué no decirlo? también de nuestro fundador, Allamano (bueno, a él le pegan más las palabras pasión por la misión y paternidad para con tod@s).
Os envío tres fotos de la "Ciudad de la Esperanza". Está en el extremo opuesto de nuestra casa, a unos 25 km de donde vivimos. Es un lugar que pertenece geográficamente a una de nuestras parroquias que están yendo al aeropuerto de Kin, en el este de la ciudad. Es un lugar "desolador". Las casas están fabricadas con plásticos, el calor es insoportable y no hay ni agua ni luz ni escuela. Todo está por hacer. Es todo un reto para nuestra presencia en Kin. Estas familias (serán unas 100, creo) tienen muy pocos recursos económicos y el Estado les ha dejado instalarse allí con la promesa de que poco a poco irán acondicionando el lugar y haciéndolo habitable. No sé, no creo que esto se haga realidad muy pronto. Ya veremos.
Por lo demás, siguen los trabajos en Kin. Parece que están decididos a celebrar unos 50 años de independencia decentes, el 30 de junio del año que viene. Además, habrá elecciones en 2011 y todo esto son votos para el actual presidente.
Ayer estuve en la recepción que dio nuestra embajada con motivo del 12 de octubre. Yo a punto estuve de ir con el cachirulo pero al final me rajé por lo de las "formas". Allí estuve charlando con uno de los dos soldados españoles de la MONUC. Están en el extremos nordeste del país, en Dungu. Estuve comentándole lo poco que se habla de la situación del Congo en los medios de comunicación y se me ocurrió preguntarle cuántos soldados estaounidenses de la MONUC están presentes en el Congo. La respuesta fue clara: ninguno. No sé si será válido el razonamiento, pero, claro, si no hay estadounidenses, hay dos españoles y la mayoría de soldados de la mONUC presentes pertenecen a países del llamado Sur... ¿a quién le importa que hayan violado a más 7.000 mujeres en lo que llevamos de año en esa zona? Sí, 7.000 y, claro, todo eso no son más que estimaciones. La realidad es brutal. Pero, silencio se impone. No hay muertos del Norte, así que, no vale la pena hablar, así todo el mundo sigue mangoneando el diamante, el oro, el coltán, (ahora también) el níquel y los ya viejos conocidos petróleo, madera y agua. Lo dicho un "escándalo geológico" que empobrece a sus dueños y enriquece a milicias, jefes militares y multinacionales de capital extranjero.
Un abrazo y, si es posible, hablad de lo que nadie habla para ensanchar el corazón y que sea sensible al sufrimiento inocente.
Ramón