miércoles, 17 de febrero de 2010

Pequeñas historias cotidianas

Mbote, bandeko.

Lo único que puedo alegar es que el tiempo pasa volando y que ya hace un mes que no escribo nada. La verdad he ido un poco de cráneo últimamente debido a alguna sustitución que estoy haciendo de algún consolato que está fuera. Bueno, paz y bien. Desde luego, nada que ver con el stress que se vive "en el Norte".

Antes de nada, quiero anunciaros que ayer Judit cogió el avión hacia Bukavu a las siete de la mañana. Desde allí tiene unas diecisiete horas hasta llegar a su pueblo y reencontrarse con sus padres. Quiero agradeceros de corazón a los que nos habéis ayudado en hacer realidad un milagro. Nunca saldrá en las noticias pero hicisteis la vida feliz a mucha gente.

Mientras tanto, la Fundación Viviane se ha ido llenando con nuevas incorporaciones. Historias desgarradoras, inocentes que sufren el despecho, la inmadurez o la pobreza. Es muy duro pero seguimos yendo allí cada sábado intentando ser una luz de consolación en un lugar teológico muy vapuleado, muy crucificado, que diría Ellacuría.

En casa ya estamos al completo. Ayer llegó el que faltaba. Así que ya somos 23: 21 estudiantes y dos curas. Hay otros cinco que están distribuidos en nuestras misiones del Congo y que también están bajo nuestra responsabilidad. No sé este servicio se me sigue haciendo muy cuesta arriba. Acompañar en el discernimiento y tomar decisiones es algo difícil cuando hablamos de decisiones vitales. Seguid rezando por nosotros para que discernamos con sabiduría evangélica.

Andrés García pasó por aquí y estuve con él en la embajada para hablar con la responsable de cooperación internacional. Luego, estuvimos con el responsable de justicia y paz del CEPAS (Centro de Pastoral Social) de los jesuitas (aquí fuimos con Silvio Testa y Genoveva), y finalmente tomamos contacto con un miembro del Consejo Episcopal de Recursos Naturales. A todos estuvimos hablándoles de la situación de los pigmeos y del trabajo en el que queremos volcarnos: la educación para la paz, la gestión de conflictos, la defensa de la "forêt", la sensibilización de los bantúes, la sensibilización en España y en Kinshasa, el establecimiento de una red de información, sensibilización y formación: Bayenga-Wamba-Isiro-Kinshasa-Málaga (por el momento)... En fin muchas ideas y proyectos en los que creo y creemos (como Consolata).

El resto de mi tiempo lo he pasado dando algún que otro retiro (sobre el nuevo rostro de la vida consagrada hoy en día) y haciendo muchas cuentas para ser fieles a ese voto que más que de pobreza creo que es de transparencia (al menos).

Estoy contento, con buena salud, hace un calor pegajoso y Kinshasa sigue patas arriba en las arterias principales, arreglando carreteras y haciendo edificios de oficinas enormes y olvidándose como siempre de los barrios y de los lugares donde vive la mayoría de la población. Ya veis, sigo en la brecha, encontrando poco a poco mi sitio en este enjambre y reconociendo que toda presencia de consolación pasa por la defensa de una justicia humana y ecológica.

Un abrazo a tod@s.

¡Hasta la victoria!

Ramón

2 comentarios:

Ignacio Ballesta López dijo...

Perdona... ¿eres ramón lazaro esnaola, que estudio en el salvador de Zaragoza en la promoción del 85?. Si es así, me gustaría contactar contigo asballesta@gmail.com. gracias y un saludo

pón dijo...

que si nacho, que si es Ramon, que jugaba al hockey...
amparito ;)amparo ortilles