lunes, 14 de enero de 2008

13 enero 2008

Primeras impresiones de Dianra

Hola senderistas. Bueno, como estamos al inicio parece que lo he cogido con ganas esto de escribiros. Como suponía, lo que más me costará será sacar fotos. En fin, todo se andará.

El viaje desde Abidjan hasta Dianra s/p no tuvo mayor aliciente. Salimos a las 08h30 de la mañana y llegamos a Dianra s/p a las 19h30. En medio paramos en Yamoussoukro para comer en una parroquia de misioneros italianos del PIME que nos ofreció un espléndido arroz con una salsa de pescado con bastante picante. En Bouaké, aprovechamos para comprar pescado congelado (capitain et mademoiselle) para más señas. No me preguntéis cómo se dice en español que no tengo ni idea pero es grande y sin espinas.

Encontré mejor Bouaké, con menos controles de rebeldes y con mayor vida comercial. Incluso había un rebelde organizando el tráfico en una rotonda bajo un sol implacable. Y estaba más tieso que un palo. En las barreras, Pietro sólo dio “¡CASI DOS CÉNTIMOS DE EURO!” en una de ellas. Y, claro, el muchacho puso una cara de palmera que no supo ni reaccionar. En fin, yo apreté el acelerador y salimos disparados antes de que empezara a insultarnos.

La llegada a Dianra fue preciosa. Estaban dando la alfabetización y yo fui pasando por cada clase para saludar. Después, llegó la “Legión de María” (Dios mío, ¡qué liberadores!) y allí ya fue la locura. Todas “mis mujeres y mamás” empezaron a estrujarme y parecía que no daban crédito a sus ojos (bueno, más o menos como yo). Fue precioso. Así que después de los saludos y de darme el agua para beber se fueron a rezar a la Virgen María. Bueno o a lo que fuera porque estaban de un alborotado impresionante.

Mientras nosotros nos preparamos la cena porque tenemos a Kongnon con dos semanas “de discernimiento”. Ha habido problemas con él y no estoy muy seguro de que siga con nosotros. ¡Qué pena! Ya os contaré el desenlace (el nudo no os lo cuento porque me alargaría demasiado).

Ah, lógicamente, en la cena apareció un buen chorizo picante de Nalda que estaba de vicio.

Un poco más tarde llegaron los jóvenes porque tenían reunión y me recibieron con una salva de aplausos que me puso la carne de gallina. Ninguno de nosotros creíamos lo que veíamos.

Al día siguiente cogí unos cuantos regalos que me habían dado Concha y Charo y me fui a visitar a la gente en su casa. ¡La noticia ya se había extendido por toda Dianra! Mientras iba de una “casa” a otra sentía cómo el polvo de las “calles” se iba pegando a mi cuerpo y una leve brisa me iba cortando los labios mientras sentía que esa polvareda iba inundando mis pulmones. ¡Gajes del oficio!

Me di un paseo enorme. Menos mal que me llevé un gorro porque el sol era implacable. Fui a ver al jefe del pueblo y me senté para explicarle el motivo de mi visita y se alegró de verme. Todo orgulloso me mostró una de sus mujeres con una cruz en el pecho. Yo me quedé a bolos y me dijo que él “la había enviado a nuestra iglesia”. Yo empecé a reír y le pregunté a que esperaba él para ir en vez de enviarme a su mujer. Ante lo cual se echaron todos a reír (porque acababa de decir una burrada).

Durante las visitas me enteré que una mujer a la que conocía bastante acababa de fallecer tres días antes. Su hijo me explicó cómo pasó todo sin que le temblara la voz. Incluso sonreía mientras hablaba conmigo en una extraña mezcla de dolor por su madre y sorpresa por verme. Así es Dianra, así son los Senufó.

En otra casa, descubrí una preciosa niña que acababa de nacer dos días antes. Es el enésimo hijo de la segunda mujer del director de la coral senufó (ha tenido catorce pero cuatro han fallecido, bueno eso dice él, aunque yo creo que él tiene más). Él no estaba en casa pero yo le dije a sus dos mujeres que pensaba cortarle la “salamandra”. Lo que provocó la risa de las dos.

Encontré a la gente muy delgada, como al límite humano. Me produjo mucha compasión. Las personas sobreviven y se esfuerzan al máximo por estar de pie aunque ya casi no tengan fuerzas. Sin embargo todo ellos constataban que mi cuello estaba mucho más grueso y que había engordado.

Por la tarde quise también dar otra vuelta pero las visitas me bloquearon. También vino gente por la noche y me gustó mucho el tipo de relación que han instaurado con Pietro y Ariel porque entraban en nuestra casa sin problemas.

Después estuve hablando con Etienne, el que tiene que estudiar, enfermería porque al día siguiente se iba a Korhogo, San Pedro y Abidjan para ver cómo tiene que hacer para comenzar los estudios. Hasta para el que quiere estudiar todo es muy complicado si no conoces a gente que está dentro del ajillo.

Total que entre una cosa y otra no pude preparar la homilía y el domingo tenía que presidir en Dianra s/p porque Pietro y Ariel se iban a celebrar en los centros. Bueno, salimos del aprieto dejando libre al Espíritu sólo que entre una cosa y otra se me olvidó ponerme la casulla. En fin, uno no puede estar en todo.

Después de la eucaristía me fui a visitar a un chico del instituto que me dijeron que estaba enfermo. Dios mío, cuando le vi parecía que estaba más junto al Padre que de este lado. Lleva un mes sin ir al instituto. Está muy débil y flaco. Él dice que todo empezó con un golpe que se dio en el costado con la bicicleta y que luego se tiró casi tres semanas sin hacer de vientre. Dicen que es una “enfermedad africana” y que no se puede curar en el centro de salud. En fin, estuve hablando un poco con él para entender bien lo que tiene. Y voy a poner a su padre a caldo cuando le vea el lunes porque vive en Dianra Village (a 23 km de aquí) y espero que tome medidas. Yo le llevaría a Marandallah. Jo, estas son las cosas que te ponen de mala leche. Luego, me fui a comprar un poco de pan, huevos y mantequilla. Son las ventajas de vivir en un sitio donde predominan la religión tradicional y el Islam. Todo está abierto el domingo. Ah, por cierto, a las cinco de la mañana se escucha al imam que reza desde la mezquita. Es sugerente para alguien que cree profundamente en Dios, el Misericordioso.


Bueno, resumiendo, estoy muy contento y haciéndome cargo de la situación. Espero no dispersarme y centrarme en las traducciones de senufó. Aquí entre una cosa y otra el tiempo se te escapa de las manos.

El lunes empieza una semana de formación de catequistas: toda la semana y van a estar comiendo y durmiendo en la misión; la otra tenemos la semana de formación IMC sobre “la gestión de conflictos”; después tengo Consejo de la Delegación; después empezamos la Cuaresma, es decir, las sesiones de una semana “Jesús no libera”… Ya veis. Bueno, intentaré vivirlo con paz y sentido común.


Unidos en la Mesa de la Palabra, el Diálogo y el Vino.



Korona.

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