Es difícil conectarse a internet cuando el flash que hace posible la conexión no funciona. Y eso es lo que me ha pasado últimamente en Dianra. Esperemos que ahora mis noticias sean más frecuentes.

Era sábado por la noche, volvía del rezo de vísperas, en la "appatam" que hay en la misión, alguna persona del grupo de liturgia que leía y preparaba las lecturas del domingo. Mientras me acercaba a la casa, vi un hombre mayor, alto, fuerte que me esperaba sentado. No esperaba a nadie, así que me sorprendió algo su presencia. Se presentó en francés de una forma muy educada.

"Hola, soy Monsieur Mamadou, soy musulmán y vendo para solicitar una misa por el descanso eterno de tres amigos".

Yo me quedé un poco alucinado. No sé, me habían pasado ya muchas cosas por aquí, pero que un musulmán me viniese a pedir una misa era toda una novedad. Es verdad que el domingo pasado Matteo me dijo que en Sononzo Koura, alguien se le acercó con la misma petición pero para que rezara por su hija porque estaba muy enferma. pero, yo pensé que era una excepción muy rara. Sin embargo, tenía delante mío un hombre que venía con la misma proposición. Continuó su discurso:

"Hace once años que hago este gesto este mismo día porque tuve un accidente de coche en el que íbamos cuatro personas y yo fui el único que salió ileso. Dos eran católicos y el otro musulmán como yo. Así que cada año solicito al imám una oración el viernes y al sacerdote católico de donde estoy una misa para que Dios, el Misericordioso, les acoja en su gloria".

Yo le agradecí su gesto y le pregunté por su vida ya que me picaba la curiosidad.

Él continuó "Yo estoy casado con una mujer católica y en 1972 celebré el matrimonio en la iglesia con ella ya que no me parecía bien que mi mujer no pudiera comulgar sólo por el hecho de estar conmigo. Nos casamos en Francia. Yo ya había terminado mis estudios de ingeniería".

Realmente, su historia me sedujo. le invité a cenar pero dijo que prefería irse a casa, que ya vendría en otro momento más propicio.

Al día siguiente, conté su historia en la eucaristía y mucha gente se asombró de la historia. 

Dianra es una caja llena de sorpresas. Estoy convencido de que aquí se dan las condiciones para un diálogo sencillo, humano, cotidiano y libre con personas que se reconocen como miembros activos de otras religiones.

Abrazos y bsks, Koroná.