domingo, 17 de enero de 2010

... ¡Y el jueves, Judit resucitó!

Judit tiene 21 años, un niño de cuatro y una niña de casi un año. En 2005, iba a la escuela secundaria y tenía por delante un futuro prometedor. Pero un día, mientras estaba en el mercado, la guerrilla del CNDP (dirigida en ese entonces por Laurent Nkunda) entró en la aldea. Judit no sabía dónde huir y finalmente cayó en manos de los guerrilleros.

Ellos querían matarla, la maltrataban. Pero uno la salvó de la muerte y se quedó con ella. Durante un año entero estuvo viviendo en "la forêt". Fue un año "horrible", cuenta. Fue, entonces que nació su primer hijo, Christian. Entonces, el guerrillero que estaba con ella, que le había salvado la vida... y que la maltrataba, decidió huir del CNDP y marcharse a Kinshasa.

Judit vivía bajo los maltratos de su compañero. En 2008, se quedó embarazada de nuevo y el exguerrillero la abandonó. Una vecina viuda la acogió en su casa pero poco tiempo después, ella también abandonó Kinshasa para volver a su aldea natal, no sin antes decirle a Judit que fuera a la sede de la policía de su barrio y que contara su historia para que pudieran encontrarle un cobijo. Judit fue a la policía y ésta la llevó a la Fundación Viviane. Allí lleva un año.

El sábado, 8 de enero, Viviane habló conmigo para que le ayudara a encontrar a los padres de Judit en el este. Ella dijo haberlo intentado todo pero no había conseguido nada. Ha pedido ayuda a la MONUC, a UNICEF, a las embajadas, etc. Sólo ha recibido negativas, nadie estaba dispuesto a ayudarle para que Judit volviera a su aldea. De hecho, desde hace cinco años sus padres no sabían nada de ella, y probablemente, pensarían que estaba muerta.

Cuando yo llegué a la comunidad se lo comenté a Jean, un misionero de la Consolata que está estudiando teología. Al día siguiente, unos amigos vinieron a visitar a Jean y éste les comentó la historia. Uno de ellos dijo que conocía a unas religiosas que venían de esa región y que se lo comentaría.

El lunes Regina, una religiosa de la Sagrada Familia, se puso en contacto con Jean para decirle que ella venía del mismo pueblo.... ¡que Judit! Increíble, pero cierto. Así que nos pusimos de acuerdo y el jueves vendría a casa a comer para luego ir a la Fundación.

Así fue, Regina lo había ya preparado todo. Su familia se había puesto en contacto con la familia de Judit y les dijo que después de comer estuvieran juntos para que Judit pudiera hablar con sus padres. Efectivamente, los padres de Judit pensaban que Judit, su primogénita, había muerto en el ataque de la guerrilla de 2005.

Así hicimos, el jueves, 14 de enero, hacia las tres y media de la tarde... ¡JUDIT RESUCITÓ! La hija que sus padres creían que estaba muerta... ¡ESTABA VIVA! Tendríais que haber escuchado los gritos de Judit cuando estaba hablando con su familia. Fue precioso. Fue la primera vez que me entraron ganas de llorar en el Congo, llorar de alegría, de emoción, de esperanza.

Cuando colgó el teléfono, Judit se puso a saltar como una niña, gritaba, se tiraba en la cama... había vuelto a la niñez que unos guerrilleros le arrebataron, el futuro que le arrebataron volvía a
abrirse.

Muchos le llamarán casualidad, yo le doy gracias a Dios por todas las mediaciones que Él ha puesto a nuestro lado para conseguir que Judit hablase con sus padres.

Hasta aquí la mitad de la historia porque no queremos que todo se quede aquí. Del mismo modo que Jesús se apareció a sus discípulos después de la resurrección, nosotros querríamos (y sobretodo Judit quiere) "aparecer" en su pueblo, con su familia. No quiere quedarse en Kinshasa. Sí, sabe, que donde ella va no es seguro, que hay la guerra... pero es su tierra, su gente... y aquí ya ha sufrido mucho.

Así que desde aquí os lanzo un llamado (no tengo la costumbre de hacerlo pero creo que la ocasión obliga). El viaje de Kinshasa a Goma cuesta unos 600 $, por Christian tendrá que pagar la mitad del billete, es decir, 300 $. Así que si conseguimos 1.000 $ podríamos enviar a Judit a su casa con su familia para que rehiciera su vida.

Ya sé todo eso de la crisis, pero sois muchos los que me leéis, así que si cada uno aporta algo, creo que lo conseguiríamos sin problemas.los que podáis colaborar, lo mejor es que os pongáis en contacto con mi familia en Zaragoza y ellos me lo harán llegar a través los misioneros de la Consolata. Los que no habitáis en Zaragoza, me lo podéis enviar directamente a través los misioneros de la Consolata poniendo: "Para Ramón Lázaro Esnaola, RDC, viaje Judit".
Creo que vale la pena: si Judit resucitó ya sólo falta que en su pueblo digan: "y habitó entre nosotros".

Construyendo Reino, Ramón

No hay comentarios: