En agosto de 2006, más de 500 toneladas de residuos tóxicos fueron vertidas en los alrededores de Abidjan, lo que produjo la muerte de 17 personas y la intoxicación de varias decenas de miles de abidjaneses, según el balance establecido por las autoridades.
Trafigura, la multinacional holandesa y suiza de tráfico petrolero, que había expedido el navío Probo Koala aceptó en septiembre de 2009, en un acuerdo de conciliación, versar 34 millones de euros de compensación a las víctimas.
En 2010, Trafigura, fue condenada por la justicia holandesa a pagar un millón de euros por infringir la legislación de exportación e importación de residuos tóxicos.
En julio de 2012, la justicia marfileña renunció a imputar al ministro Adama Bictogo, que había percibido 900 000 € en concepto de su mediación en este asunto. Sin embargo, esta remuneración tendría que haberse llevado a cabo después que todas las víctimas hubieran sido indemnizadas.
El 13 de enero de 2015, cuatro personas han sido condenadas a 20 años de prisión por haber desviado siete millones de euros destinados a compensar a las víctimas... ¡dejándolas en libertad, porque no se solicitó ninguna fianza! Ha sido una sentencia simbólica sin ninguna consecuencia en la vida de los condenados y que acrecienta la sensación de impunidad.
El banco nigeriano Access Bank, donde el dinero fue transferido, ha sido condenado a pagar una multa de 32 millones de euros.
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